¿Puede el yoga afectar la forma en que envejecemos? 

¿Puede el yoga afectar la forma en que envejecemos? 

Cada interacción humana y ambiental deja su huella en nuestro sistema nervioso.

Si bien muchos de los beneficios del yoga y cómo otros hábitos de vida pueden afectar la forma en que envejecemos. Investigaciones en los últimos treinta años han demostrado que la práctica del yoga y la meditación, la dieta y el estilo de vida limpios y saludables, pueden reducir en gran medida lo deshilachado de los cromosomas (telómero), la parte de nuestro ADN que está relacionada con el envejecimiento.

El telómero es como el nudo en el extremo de un cordón que evita que este cordón se deshilache y, por lo tanto, se vuelva inutilizable. En realidad, el telómero es un límite al final de nuestro ADN que protege nuestros cromosomas. El telómero está relacionado con nuestra edad biológica, y cuando se deshilacha o se acorta, nuestra longevidad disminuye. Los telómeros naturalmente se acortan con la edad a medida que nuestras células se replican; sin embargo, se ha demostrado que el estrés, el tabaquismo, la mala alimentación y la falta de ejercicio conducen a un acortamiento más rápido de los telómeros. La investigación de la científica ganadora del Premio Nobel Elizabeth Blackburn ha demostrado que después de cuatro a seis meses de prácticas regulares de atención plena, la actividad de la enzima que afecta la longitud de los telómeros, llamada telomerasa, aumenta un 30 por ciento y reduce su tasa de descomposición.

Nuestra capacidad de influir en nuestro ADN es parte de una ciencia llamada epigenética. La epigenética sostiene que nuestra actividad genética no está completamente fijada -nuestros genes no controlan por completo nuestro destino- y que nuestros genes, que son como interruptores de encendido y apagado, se encienden o apagan dependiendo del entorno al que estamos expuestos. La epigenética se relaciona principalmente con la dieta, y agregar una dosis saludable de alimentos ricos en metilo (betabel,  cebolla, ajo y verduras de hoja verde, como la col rizada o espinacas) puede ser de gran ayuda.

Las actividades que ayudarán a fortalecer nuestra actividad genética son:

  • Ejercicio
  • Meditación
  • Gratitud
  • Construyendo y participando en la comunidad
  • Autoexpresión

Al colocarnos conscientemente en un ambiente saludable y al hacer prácticas como la respiración,  yoga y la meditación con regularidad, podemos aumentar nuestra respuesta inicial a situaciones desafiantes. Nuestros genes comenzarán a responder a situaciones estresantes de una manera constructiva, en lugar de entrar en una respuesta de hiper estrés. No podemos eliminar por completo el exceso de estrés de nuestras vidas, pero podemos cambiar nuestra respuesta inicial, lo que conducirá a una gran salud fisiológica y emocional.

Otra función importante de nuestra fisiología se llama neuroplasticidad, que es un proceso que ocurre dentro de nuestro cerebro cada vez que aprendemos algo nuevo, ya sea leyendo un libro o intentando una nueva postura en la práctica de yoga. Cada vez que aprendemos algo o nos presentan una nueva idea, nuestros axones neuronales disparan mensajes eléctricos que buscan dendritas para conectarse con el fin de que el cerebro entienda el nueva información.

Tenemos más de cien mil millones de células neuronales en nuestro cerebro, que tienen un potencial para hacer más conexiones que estrellas en el universo. Cuando hablamos de tener un potencial ilimitado y una creatividad infinita dentro de nosotros, podemos verlo dentro de nuestra propia fisiología de manera tangible. Cuando somos bebés, cuando experimentamos el mundo que nos rodea, nuestras neuronas comienzan a conectarse juntas en respuesta a las necesidades. Cuando comenzamos a levantar nuestras cabezas, dar vueltas, gatear, caminar y finalmente hablar, las neuronas establecen las conexiones que nos permiten realizar todas esas funciones básicas sin que tengamos que pensar o recordar continuamente cómo realizarlas. Hacemos conexiones neuronales cuando somos retenidos, alimentados, amados o abandonados. Cada interacción humana y ambiental deja su huella en nuestro sistema nervioso.

A medida que envejecemos, podemos mantener la salud de nuestro cerebro aprendiendo nuevos idiomas, haciendo crucigramas, leyendo una variedad de libros, estudiando nuevas materias, aprendiendo a cocinar o tocar un instrumento, haciendo ejercicio y, en general, manteniéndonos activos. El sueño también es una parte muy importante de la salud del cerebro. Cuando dormimos, el sistema glifático del cerebro, que está conectado con las células gliales, drena los restos de placa que se acumulan en el cerebro debido a todo el pensamiento y la actividad cerebral que tenemos durante el día. Esta es la razón por la cual las buenas noches de sueño son realmente refrescantes. Cuando no dormimos lo suficiente, nuestro cuerpo libera neurotransmisores como el cortisol y la adrenalina que, bajo circunstancias equilibradas, se eliminan del cuerpo sin causar un exceso de inflamación.

Si queremos crear hábitos duraderos de salud, bienestar, felicidad y longevidad, todo lo que tenemos que hacer es apoyar las conexiones sinápticas que fijarán esos hábitos como parte de lo que somos. ¿Como hacemos eso? No solo tomando decisiones y estableciendo intenciones y objetivos, sino también identificando lo que es verdaderamente importante en nuestras vidas y haciendo que esas cosas sean nuestra prioridad, y recordando conscientemente esas prioridades cuando se trata de tomar decisiones.

 

Fuente: Eddie Stern, director y cofundador de  Brooklyn Yoga Club

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