Como el dolor nos afecta

El dolor puede minar la confianza de las personas o su voluntad de realizar actividades fuera de casa, como el dejar de conducir o de caminar haciendo que nuestros movimientos se vuelven más lentos, más rígidos y más vacilantes.

Esta pérdida de movilidad puede agravar aún más los problemas de salud. También puede disminuir nuestras conexiones con amigos y seres queridos y la participación en actividades que disfrutamos. Puede afectar nuestro estado de ánimo y provocar depresión, cayendo en malos hábitos alimenticios, ya sea aumentando de peso que dificulta aún más el movimiento, o comiendo muy poco y perdiendo energía y resistencia.

Este ciclo de movilidad reducida, mala salud psicológica y deterioro físico puede deberse a un cambio de vida, como la muerte de un ser querido o un problema de salud. Tu mente, estado de ánimo y movilidad están intrínsecamente vinculados y es por eso que mantener nuestra salud emocional y física es tan importantes para un envejecimiento saludable.

Piense en lo que te motiva a moverte: ¿cuáles son tus razones para levantarte por la mañana? Puede ser tu familia, conexiones sociales, tu trabajo, experiencias culturales, disfrutar de la naturaleza o pasear a un perro. Incorpora más de estas experiencias motivadoras en tu vida para mantener tu salud física y emocional. Establecer algunas rutinas diarias y semanales y seguir un horario te ayudarán a mantenerte activo incluso cuando tu estado de ánimo o tu motivación decaen.

N A M A S T E

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